Expresividad

" Los tambores resuenan.
 El bailarín hace su parte. 
Se Mueve, se contorsiona, sonrie y rie a garganta llena.
 Interactúa todo el tiempo. Establece contrapuntos.
 Como un brujo mantiene a la platea absorta.
 Y quienes lo miran forman parte de la escena,
aplaudiendo, vivando, cantando y también bailando.... 
Es el casamiento entre la Música,el ritmo y los gestos.
 Ese hombre no sólo baila....ese hombre " Interpreta". 


A las personas occidentales nos llama poderosamente la atención la frescura de los bailarines africanos, su poder de seducción, de complicidad, de simpatía. La capacidad de improvisación y el dialogo que establece con el cuerpo, la mirada, la actitud, en definitiva, su expresividad. Quienes se inician en el camino del aprendizaje de las Danzas Africanas y afrolatinoamericanas, percibe inmediatamente, la complejidad que supone para nosotros, el manejo efectivo de la “expresividad”.

Si bien la secuencia de movimientos determinados (pasos de una danza específica) constituye un conocimiento esencial, por sí solo no abarca el infinito abanico de posibilidades "expresivas y gestuales". La práctica de las danzas afro exige un nivel de soltura y desinhibición más que importante. Y cuando esto no se dá naturalmente, puede ayudar seguir algunas pautas que comento a continuación:

 A) Ante todo, aprender la secuencia de movimientos de forma “pura” cabe decir, sin agregar “intención”alguna en su desarrollo. En esta etapa se puede decir que está la “forma” pero aún le falta “colorido”.

Una vez aprendida en profundidad la danza pura, deben tenerse en cuenta los siguientes factores:
B) Ritmo,
C) Expresión (o intención),
C) Variantes musicales
D) Variantes gestuales.

 Cuando me refiero al Ritmo quiero decir que se deben efectuar los movimientos dentro del ritmo que le corresponde. Si bien esto parece obvio, muchas veces se “conoce” la “forma” pero no se sabe “amoldar” al ritmo musical. Cada etapa de la danza obedece a una etapa diferente en el ritmo ejecutado, por lo tanto, si el cuerpo no se adecua a este ritmo, funciona como un “instrumento desentonado”.
 Asi mismo, cabe recalcar que en las danzas africanas, puedo establecer un contrapunto con el ritmo: bailar rápido cuando el ritmo es lento o viceversa. ( si observan bailarines africanos en acción verán que maneja las pausas-silencios- arremetidas, con una variedad asombrosa).

 Saber escuchar es primordial y aunque al principio pueda resultar dificultoso, es imprescindible no sólo “bailar” sino escuchar en profundidad la música para adaptar la secuencia corporal a la secuencia musical. 

La expresión es un trabajo arduo. Requiere concentración, conocimiento de lo que se está danzando y en el caso de la Danza de Orixás, una “mimetización” con el personaje que se está representando. La expresión en general no llega por si sola, sino que se va introduciendo paulatinamente al adquirir el bailarín mayor confianza en lo que está haciendo.
 La expresividad surgirá más o menos instintivamente cuando se logre un conocimiento amplio sobre lo que la danza en particular quiere significar. Pero ¿cómo definiríamos la expresividad en las Danzas de Orixás? La expresividad puede definirse más detalladamente como “intencionalidad”, y de eso se trata: de lograr transmitir con el cuerpo sentimientos como plenitud o merma de energías, cansancio, agotamiento, euforia, victoria, derrota, acecho, fortaleza, fragilidad, tristeza, alegría… y todos los sentimientos y sensaciones por las cuales transita el hombre y en este caso, los Orixás “hechos hombres”…
El primer gesto debe nacer en el rostro y es quizá el que menos compromete a la fidelidad de la danza, pues el rostro participa sin alterar la forma del resto del cuerpo. Entonces, ajustar su “gesto” a lo que intenta transmitirse en la danza es fundamental. (nadie cree que un guerrero está luchando con fiereza si tiene una sonrisa en la cara o lo que es casi peor, mantiene un rostro neutral. En este caso va a transmitir “aburrimiento”)….
La Expresividad o la intencionalidad se manifiesta en la fuerza o suavidad del movimiento, en el impulso que le imprimamos. Otras variantes expresivas pueden ser tales como la velocidad o lentitud, la firmeza o la flojedad, la tensión que se disuelve más o menos abruptamente, pasar de un estado a otro completamente diferente, uniéndolos repentina o paulatinamente.
La expresividad compromete a todo el cuerpo, y no deben olvidarse las manos y los pies, son tan importantes como el gesto facial a la hora de transmitir sentimientos y sensaciones. Es sumamente importante la realización de cada gesto en su plenitud, es decir, logrando la correcta ejecución del acto en sí. Por ejemplo, si la danza representa que se está “levantando una presa” (como en el caso de Oxossi el Cazador) la mímica debe ser elocuente y “firme”, entendiéndose por “firmeza” la no disolución del gesto. Teniendo en cuenta lo que implica el hecho de levantar un cuerpo inerte del suelo, el bailarín deberá adoptar una postura que transmita la fuerza que se ejecuta, la dificultad. Este es sólo un ejemplo, pero cabe recalcar la consigna: es importante la plenitud del gesto, pues es sólo asi como se logra transmitir al personaje en su plena riqueza expresiva. En general es una falla muy común realizar los gestos a medias o diluirlos a medida que nos cansamos, por lo que este punto requiere especial atención .

Cuando hablo de Variantes musicales me refiero a los diferentes “acentos” marcados en una música reiterativa. ( en general, las canciones africanas se basan en la reiteración de una estrofa musical). Si bien la estrofa tiene la misma secuencia de Notas musicales, se van introduciendo modificaciones mucho más sutiles que, por no estar acostumbrados en occidente a este tipo de música, pasan desapercibidas. Hay que prestar especial atención a las siguientes variantes:

1) En el comienzo de las piezas musicales generalmente los instrumentos van sumándose paulatinamente.
2) En general en la Música de Orixás, el cantante comienza después de una introducción musical, cuando se han sumado todos los instrumentos. En este caso lo más común es comenzar a bailar cuando “entra” el cantante. ( no siempre es así).
 3) La monotonía o reiteración, se ve sacudida por cambios de velocidad y de “repiques” de tambor. Es muy rica la variedad de “golpes” que ejecuta el percusionista, por lo tanto esto influye en la variación musical lo que exige una alteración también en el cuerpo del bailarín.
4) También la intensidad varía en los golpes, disminuyendo el volumen. Cuando hablo de Variantes Musicales me refiero a poder transmitir con el cuerpo estas variantes.

Volvemos a la importancia de “saber escuchar con el oído para poder contar con el cuerpo lo que están diciendo los tambores”: en el caso de “repiques” o “galletas” el cuerpo debe expresar esa variación, realizando un leve sacudimiento, una yinga, etc.

 Cabe aclarar que un tema muy importante es el del “silencio”: si bien la música es continua, muchas veces algún instrumento que venía marcando el ritmo con fortaleza y en primer plano se calla un instante: con la danza ocurre lo mismo: los brevísimos instantes de “quietud” sirven para “enfatizar” los movimientos, para imprimirle al siguiente otro carácter o simplemente evitando una sucesión de movimientos diluyéndose uno detrás del otro.

Con respecto al último punto intentaré ser breve, pues la idea es transmitir la riqueza que guarda dentro de sí cada Paso o Secuencia. Volviendo al inicio, lo primero es aprender la secuencia de forma pura, sin agregados ni variantes. Una vez captada la esencia de la misma y agregado cierta expresividad razonable, se comienza a trabajar sobre las variaciones de un mismo paso. A eso llamo yo variaciones gestuales, es decir si estoy simulando que doy un salto porque soy un hombre que vá por la jungla y encuentra de pronto una serpiente, podré dar el salto en alto, juntando las rodillas al pecho, o a lo largo, abriendo las piernas. Esa sería la primera diferencia gestual, pero desglosándolas puedo agregar muchas y sucesivas diferencias: en la forma de caer ( de pié, tirándome más adelante al suelo, etc) en la forma de actuar ( con terror, con ira, con seguridad) empuñando un arma, con las manos en alto, etc… infinidad de variantes ante la misma situación: diferentes estados del cuerpo para “contar” “determinada reacción” de la persona que enfrenta la víbora, entre miles de posibles reacciones diferentes. Cuando bailo debo escoger una entre muchas posibilidades, porque quiero “contar” algo determinado.

Otro ejemplo quizá más simple lo constituye un paso que ustedes hacen las primeras clases: las piernas abiertas, rodillas flexionadas ( pose primera de Exu). Cuando la utilizo para comenzar a danzar tengo variantes gestuales y/ formales para transmitir otras cosas: si danzo con los pies planos pegados al piso, estoy bailando “tierra”, si encima los arrastro, estoy hablando de una tierra más antigua como sería el Orixá Naná. Si salto en el aire, apoyando la punta de los pies por breves instantes estoy bailando “fuego o aire”.

 El tercer y último ejemplo lo vamos a tomar de Obá: en una de sus danzas lucha con su espada. Si atendemos a la música, generalmente vá haciendose más lenta, más lastimera…Obá está “cansada” Nadie lucha igual desde el inicio hasta acabar muriendo o matando!, por lo tanto, variaciones en la forma de mover su cuerpo, de arrastrar sus pies, de empuñar la espada, irán contando su cansancio y hasta su fracaso.


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